Psicología para adultos

Hace apenas unos años, se suponía que se debía acudir al psicólogo si se padecía algún problema muy serio. Hoy día, sabemos que no es así.

La terapia psicológica no se circunscribe a trastornos que podríamos catalogar como  “patologías graves”. Se aplica de una manera abierta y accesible a cualquier persona que necesite mejorar algún aspecto general o concreto de su vida, o que desee conocerse un poco más o sentirse mejor consigo mismo y con los demás.

Pero no hay que olvidar que la Psicología Clínica es una ciencia, y que, como tal, debe ser aplicada por profesionales cualificados, expertos, que conozcan y dominen no sólo los paradigmas teóricos y las técnicas más eficaces, sino que además comprendan y se preocupen realmente por las personas.

En el equipo de Álava Reyes Consultores, con más de treinta años de experiencia, nuestro objetivo es conseguir que quienes acuden a consulta alcancen su equilibrio y su bienestar en el menor tiempo posible. Para lograrlo, además de emplear las más efectivas y novedosas técnicas psicológicas, tratamos de potenciar sus habilidades y estrategias personales transversales, asegurándonos, así, de que alcancen el éxito en todas las áreas de su vida.

En ocasiones, sobre todo hace algunos años, cierto desconocimiento pudo derivar en que la Psicología Clínica fuera confundida con la Psiquiatría. Hay que dejar claro que si bien ambas especialidades persiguen metas similares, no son lo mismo, aunque sí pueden ser complementarias. La principal diferencia entre Psiquiatría y Psicología se puede explicar desde una doble perspectiva. Por un lado, la naturaleza de la formación base de los psicólogos, la Psicología, se centra en el estudio heterogéneo de la persona, sus procesos y su conducta. La Psiquiatría, en cambio, se fundamenta en el cuerpo físico, en la Medicina.

Por otro lado, la Psiquiatría actúa ante la existencia de una patología médica, mientras que el psicólogo contempla una idea más completa de la salud mental y su significado para la persona. De cualquier manera, las dos especialidades trabajan conjuntamente en función de las necesidades de cada individuo.

Podemos así concluir que la Psicología Clínica es la rama de la ciencia psicológica que se ocupa de la investigación de todos los factores –evaluación, diagnóstico, tratamiento y prevención– que afecten a la salud mental y a la conducta de la persona, en aquellas situaciones que puedan generar malestar y sufrimiento, o que limiten las posibilidades de crecimiento y desarrollo personal.

En el Centro de Psicología Álava Reyes sabemos que podemos y queremos ayudarte a superar algún problema concreto, o bien, acompañarte para alcanzar el equilibrio y bienestar que buscas.

Estamos en Madrid, pero, afortunadamente, hoy la tecnología nos ofrece, si el tratamiento presencial no es posible, la opción de trabajar vía telemática para quienes no puedan asistir, o se encuentren fuera de España. El idioma tampoco es una barrera, podemos atenderte en inglésfrancésalemán e italiano.

¿Cómo podemos ayudarte?

En el Centro de Psicología Álava Reyes apostamos por un enfoque personalizado y basado en el paradigma Cognitivo-Conductual. La terapia Cognitivo-Conductual supone una manera de entender cómo piensa uno sobre sí mismo, sobre otras personas y, en definitiva, sobre el mundo, así como comprender, también, cómo lo que pensamos afecta a lo que sentimos y a lo que hacemos.

La principal diferencia de la técnica Cognitiva-Conductual respecto a otras terapias consiste en que nos centramos en trabajar y actuar sobre los problemas y dificultades del presente y no tanto en bucear en el pasado y en sus posibles causas. Este enfoque, además, es hoy una alternativa eficaz en tratamientos como la ansiedad o la depresión, en sus primeros estadios. El tratamiento psicológico no supone ningún riesgo para la salud ni presenta efectos secundarios indeseados a corto, medio o largo plazo.

Por estas razones, las principales guías de práctica clínica basadas en la evidencia científica, como las del Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (NICE) y organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH), recomiendan la terapia cognitivo-conductual como el tratamiento de primera elección para diversos trastornos.

Igualmente, y en función de las necesidades de cada caso, ofrecemos otros enfoques y técnicas de intervención, siempre avalados por la comunidad científica, no sólo con el fin de asegurar y garantizar el ejercicio eficaz y ético de nuestra profesión, sino, en especial, impulsados por la voluntad de mejorar la sociedad e incrementar el bienestar de las personas.

¿Cómo sé si necesito ir al psicólogo?

Trastorno de Ansiedad

Si sufres ansiedad, miedo constante, agitación o nerviosismo. Si no puedes parar de darle vueltas a los problemas. Si te quedas bloqueado, si no puedes parar de llorar…

Estrés

Si percibes que los acontecimientos escapan a tu control. Si estás desbordado y no puedes más. Si tu día a día es angustioso.

Depresión

Si te sientes solo y no ves sentido a las cosas. Si has perdido el interés por las cosas que te gustaban. Si te sientes tan triste que ya no puedes más. Si has sufrido o sufres cambios en de humor, de apetito o de hábitos del sueño. Si afrontas el futuro con desesperanza.

Miedos y fobias

Si tienes miedo que percibes como irracionales. Si tienes miedos que dificultan y condicionan tu día a día. Si tienes miedos que te causan un sufrimiento importante.

Problema de autoestima

Si el dolor que te causa la mala valoración que haces de ti mismo te paraliza y condiciona tu día a día. Si estás perdido y no encuentras el camino para volver. Si quieres dejar de ser infeliz. O si, simplemente, quieres ser más feliz.

Terapia de pareja

Si entre vosotros las cosas ya no son las que eran. Si os enfrentáis a una situación complicada (infidelidad, mentiras, problemas con las familias de origen o los hijos…). Si estáis más cerca de estar más lejos.

Problemas en las relaciones sociales

Si tienes problemas para encontrar y mantener amigos o pareja. Si no consigues el grado de intimidad con las personas que te gustaría. Si tienes conflictos con los otros (compañeros de trabajo, amigos, familiares, jefes..) y no sabes cómo solucionarlos.

Trastorno de estrés postraumático

Si no puedes dejar de pensar en lo que ocurrió y tienes pesadillas sobre ello. Si después de lo que ocurrió no has vuelto a ser el mismo. Si este malestar te afecta en tu día a día, y afecta a las personas que quieres.

Problemas sexuales

Si no consigues disfrutar del sexo o has perdido el deseo. Si sientes vergüenza, culpa o ansiedad ante los encuentros sexuales. Si sufres problemas para mantener relaciones sexuales satisfactorias y quieres ponerle solución.

Trastornos del sueño

Si sufres una enfermedad dolorosa que condiciona y dificulta tu día a día. Si ya no puedes dormir o te levantas por la noche varias veces. Si sientes que esto que te pasa es injusto y no sabes por qué te está pasando a ti.

Trastornos de la personalidad

Si te han diagnosticado un trastorno de la personalidad. Si a alguien de tu entorno le han diagnosticado un trastorno de la personalidad. Si percibes que tienes problemas generalizados en muchas áreas de tu vida.

Adicciones

Si sientes que lo necesitas y lo deseas pero sabes que en el fondo no es bueno para ti. Si sientes que dependes de ello hasta el punto de enfadarte o sentirte mal si no lo consigues. Si sientes que se escapa a tu control.

Trastornos de la alimentación

Si reduces la solución a cualquier problema o temor con «estar más delgado». Si no regulas tu alimentación por necesidades fisiológicas, sino emocionales, y viceversa. Si el miedo a engordar condiciona tu vida. Si alcanzar la delgadez deseada se convierte en una meta inalcanzable, y que te define.