Tiempo de Crisis: La psicología nos puede ayudar


Desde hace unos años nos encontramos inmersos en una situación económica delicada y difícil que ha hecho tambalear, entre otros, la economía familiar. Como consecuencia de ello,  el estado de ánimo de la población se ha visto afectado, de tal manera,  que si no seguimos ciertas pautas orientadas a manejar la sintomatología que presentamos, puede desencadenar en un deterioro importante de nuestra salud mental.



¿Qué pautas emocionales y/o conductuales serían las más recomendables a seguir?







  • En primer lugar

    , es vital reflexionar con calma si

    nuestra actitud es la


    más adecuada

    para conseguir nuestros objetivos. Si no es así, intentar modificarla para que no obstaculice  la consecución de las metas que vamos a establecer.


En estos momentos delicados

¡no podemos permitirnos hundirnos psicológicamente!


Debemos ser conscientes de algo fundamental: si no controlamos y manejamos de forma adaptativa nuestro modo de actuación, añadiríamos una dificultad más a las ya existentes y ¿Esto nos ayudaría o , por el contrario, agravaría aún más nuestra situación?



  • En segundo lugar

    , hablamos de metas, objetivos o proyectos y ¡si! tenemos que

    fijarnos un


    plan de actuación

    porque ¡No podemos quedarnos

    “parados”

    , como si nada pudiéramos hacer!


Vamos a confeccionar un listado de

objetivos realistas

y de manera racional seguiremos nuestro plan establecido.





  • En tercer lugar

    , cada día tenemos que

    esforzarnos

    para intentar cumplir esas tareas o metas que hemos asignado en nuestra agenda y así, de este modo, será más sencillo que alcancemos a corto y medio plazo los objetivos marcados.




  • En cuarto lugar

    , sería interesante preguntarnos

    ¿hemos adoptado un



    “papel de víctima

    ”?

    Si la respuesta es afirmativa ¡debemos abandonarlo y asumir un papel más proactivo! Así, podremos alcanzar los objetivos fijados previamente.


De otro modo,

“nos resignaremos y pensaremos que nada podemos hacer por modificar nuestra situación y nuestra manera de pensar”

.





  • Por último

    , tenemos que ser capaces de

    controlar el

    “mal humor”

    y aprender a utilizar el

    “sentido del humor”


    .


Si nuestra vida es percibida como catastrófica, horrible y nos hemos convertido en personas irascibles, frustradas e infelices ¿a dónde nos conduce esta línea de pensamiento y de actuación? Pensemos que ¡siempre podría ser peor!


Y preguntémonos si realmente es tan horrible como lo vemos, o podemos darle un giro y corregir ese estilo melodramático.