¿QUÉ HACEMOS EN APERTIA CONSULTING?

La situación actual de las empresas y organizaciones exige cambios. La dirección por valores que empezó a extenderse en España a finales de los años noventa como modelo de gestión ha incurrido en tantas incoherencias que bastantes organizaciones de las que exhiben en sus webs su misión, visión y valores corporativos ya no se los creen porque hay muchas disonancias, no coincide lo que hemos escrito con las decisiones que tomamos en el día a día. Y eso es desmotivador para las plantillas y al final cuesta dinero, puesto que las personas cumplen estrictamente con su función, pero no aportan su iniciativa porque su trabajo no les interesa, debido a esta desconexión entre lo que se dice y lo que se hace.

Un buen aliado en este cambio de paradigma es la psicología positiva. Y dentro de ella el enfoque en las fortalezas de los empleados, en lugar de en sus áreas de mejora (como ha ocurrido hasta ahora). En una época de crisis como la actual, no podemos seguir debilitándonos con aquello que no sabemos hacer, hemos de desarrollar nuestros puntos fuertes, aislar el miedo y trabajar las fortalezas hasta convertirlas en hábitos. Las organizaciones precisan gente que aporte ideas.

Las organizaciones que se orientan hacia los puntos fuertes de las personas que las forman tienen más opciones de obtener mejores resultados. Así lo han demostrado Seligman y Peterson, los padres de la psicología positiva.

Pero son pocas las compañías que siguen estos criterios, que en Estados Unidos parecen estar más extendidos. Firmas de gran tamaño ya están comprobando que la dirección por valores centrada en el enfoque positivo es rentable. En este sentido, el estudio realizado por el experto en liderazgo y autor de best seller de gestión empresarial Jack Zenger sobre casi 25.000 directivos y mandos intermedios demuestra cómo trabajando sus fortalezas durante un año duplicaron su rendimiento en la satisfacción de sus empleados, mejoraron el ambiente de trabajo y los resultados de negocio.

Impulsar los puntos fuertes del grupo mejora su motivación y autoestima

La desmotivación de las plantillas tiene mucho de ver con las reestructuraciones que están acometiendo las organizaciones. De hecho, el 95% de las compañías del Ibex 35 tienen puesto su objetivo en la reestructuración y redimensionamiento de sus plantillas actualmente. Las empresas quizás no están dando al talento la importancia que tiene. “Ahora toca incorporar la psicología positiva a la organización. Impulsar las fortalezas del equipo porque así se refuerza la autoestima de las personas. Las empresas necesitan que las personas aporten ideas”.

Intentemos que el principio sea mantener la motivación sostenida. Y trabajemos en ello potenciando la excelencia de las personas. Todas ellas tienen rasgos que destacan sobre los demás y debemos desarrollar esas habilidades. Ayudar a descubrir la parte positiva de los empleados siempre gusta, se sienten más felices y eso mejora sus resultados.

Debemos buscar que la gente encaje en la organización, que comparta sus valores porque el alma de las empresas está conformada por el conjunto de las personas que constituyen la organización.

Ya hay empresas a nivel nacional e internacional donde la retribución variable de los directivos depende en parte del clima laboral que logren generar y de cómo influye en el comportamiento del personal el trabajo en las fortalezas.

Ponte en marcha

Las encuestas indican que solo una de cada tres personas conoce sus fortalezas, por eso ayudamos a las empresas a que sus equipos las descubran, algo que se trabaja tanto entre los grupos de directivos como entre los de los mandos intermedios.

Para desarrollar los puntos fuertes individuales y como equipo que tiene cada uno debemos seguir varias fases:

  • Identificarlos.
  • Desarrollarlos sobre el sueño personal: la visión de futuro.
  • Diseñar un plan para llevarlo al terreno y aplicarlo, lo que supone cambiar de hábitos, que es la parte más difícil.
  • Focalizarnos en las fortalezas es innovador e impactante y nos permite conectar con la parte más emocional de las personas y convertirlos en hábitos para que perduren y evolucionen en el tiempo.