Por qué “desenchufarse” del móvil puede ser un acto de autocuidado psicológico
Vivimos en una era de hiperconectividad constante. Nuestros móviles nos acompañan a todas partes (notificaciones, mensajes, redes sociales, correos, llamadas…). Pero, tal y como señala María Jesús Álava Reyes en su colaboración con Vogue España, ese uso continuo puede agotar no solo nuestra energía física, sino también nuestra salud mental.
El artículo propone un pequeño hábito con un gran impacto: alejar el móvil del campo visual o incluso dejarlo en otra habitación durante determinados momentos del día. Ese gesto, aunque simple, nos permite reconectar con el presente, recuperar nuestra energía y reducir la sobrecarga cotidiana de estímulos.
En el contexto de nuestro centro, creemos que este consejo se alinea con valores esenciales: autocuidado, presencia, gestión emocional consciente. A continuación explicamos por qué “desenchufarse” puede ser tan beneficioso y cómo integrarlo en tu vida diaria.
Qué le sucede a tu mente cuando miras el móvil sin parar
- Sobrestimulación constante y estrés invisible: Cada notificación, cada mensaje, cada alerta supone una demanda de atención. Revisar el móvil decenas de veces al día (tal como reflejan estudios recientes) sobrecarga nuestro sistema nervioso, generando tensión, dispersión mental y, a medio plazo, agotamiento psicológico.
- Multitarea y distracción permanente: La posibilidad de alternar entre tareas, mensajes, redes, noticias… fragmenta nuestra atención. Se reduce la capacidad de concentración y aumentan la ansiedad y la sensación de no “desconectar nunca”.
- Menor conexión con el presente: Cuando el móvil está siempre a mano, cuesta más disfrutar del aquí y el ahora. Las conversaciones, los espacios personales, el descanso, las sensaciones sencillas se diluyen ante la demanda de estar “siempre disponibles”. Según Álava Reyes, al alejar ese estímulo, el cerebro “relaja sus ritmos”, los sentidos se activan, y volvemos a conectar con lo genuino y lo emocional.

Qué beneficios puedes obtener al “desenchufarte” periódicamente
Adoptar el hábito de dejar el móvil fuera de tu zona habitual (aunque solo sea por ratos) puede generar cambios significativos:
- Recuperación de energía y descanso mental: Al liberar al cerebro de estímulos constantes, se reduce la fatiga, mejora el descanso y se reestablece un ritmo mental más sereno.
- Mayor presencia y consciencia emocional: Estar más conectados con lo que ocurre a nuestro alrededor y dentro de nosotros. Escuchar sonidos, observar el entorno, saborear la tranquilidad: algo tan básico como despejar la mente potencia el bienestar.
- Mejora de funciones cognitivas y emocionales: Con menos distracciones, nuestra capacidad de concentración, reflexión y regulación emocional mejora. Tal como comenta Álava Reyes: “momentos sin móvil son como un retiro, una desconexión que te vuelve a conectar con tus propios ritmos y con lo mejor de tus emociones”.
- Reducción del estrés, ansiedad y sensación de hiperconexión: La pausa digital disminuye la activación del sistema nervioso, ayudando a frenar la sobrecarga de estímulos, promover la calma y recuperar equilibrio.
- Espacio para el autocuidado y la introspección: Un momento para ti mismo: para pensar, sentir, descansar, reflexionar. Para reconectar contigo, con tus valores, tus emociones, tus necesidades.
Cómo integrar este hábito saludable en tu día a día
No hace falta hacer grandes cambios. A veces, pequeños gestos tienen mucho impacto. Algunas ideas:
- Dejar el móvil en otra habitación durante comidas o cenas en familia.
- Apartarlo cuando dedicas tiempo a pasear, leer, conversar, meditar o simplemente descansar.
- Programar “ratos sin móvil” al final del día: 30 minutos antes de dormir, para desconectar del día, relajar la mente y preparar un sueño reparador.
- Identificar momentos de mayor tensión (agotamiento, saturación, estrés) y marcar como prioridad ese espacio de “silencio digital”.
- Practicar consciencia: cada vez que alcanzas a revisar el móvil, pregúntate si realmente lo necesitas, o si es un impulso automático.
Qué papel puede jugar el Centro de Psicología Álava Reyes en este proceso
En nuestro centro entendemos que muchos de los malestares que vivimos hoy (agotamiento, ansiedad, estrés, dificultades para desconectar, saturación mental) tienen su origen en el ritmo acelerado, la hiperconexión y la falta de autocuidado real. Por eso:
- Ofrecemos acompañamiento psicológico para ayudarte a reconectar contigo mismo, reducir la dependencia digital y recuperar tu bienestar.
- Facilitamos procesos de psicoeducación para integrar hábitos de autocuidado, regulación emocional, descanso mental y gestión consciente de la tecnología.
- Acompañamos en la construcción de rutinas saludables, no solo físicas, también emocionales, que promuevan el equilibrio, el descanso y la presencia.
- Creemos en una psicología aplicada a la vida diaria: útil, humana, compasiva, realista.
Desconectar para reconectar
La llamada constante del móvil, el scroll infinito, las notificaciones, los recordatorios… pueden consumir gran parte de nuestra energía mental y emocional. Pero tenemos una elección: podemos optar por recuperar nuestro ritmo, nuestro silencio, nuestro bienestar.
Como propone María Jesús Álava Reyes: alejar conscientemente ese estímulo puede convertirse en un pequeño (pero poderoso) acto de autocuidado. Un retiro consciente en medio de nuestro día a día.
Desde el Centro de Psicología Álava Reyes, te invitamos a plantearte una pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que desconectaste para reconectar contigo mismo?
Si lo necesitas, aquí estamos para acompañarte en ese camino. Porque cuidar de tu salud emocional también es aprender a poner límites, incluso con tu móvil.