Beatriz era una persona con una de las autoestimas más bajas que yo he visto en mi trayectoria profesional.
Ella nos describió muy bien lo que podemos experimentar cuando dejamos de sentirnos culpables por nuestros errores. Porque con bastante frecuencia aprendemos más de nuestros errores que de nuestros aciertos.
Después de tres meses de trabajo intenso, un día me dijo, con una sonrisa de oreja a oreja: “Hoy estoy feliz. Por fin he aprendido a quererme y te aseguro que voy a quererme tanto, tanto, que me compensaré todos los años de mi vida que he sufrido sin necesidad. Sé que lo he logrado porque esta mañana, cuando he cometido un error, nada más em- pezar a machacarme, he conseguido parar; me he reído por dentro y he pensado: aquí tienes tu oportunidad para creer de verdad en ti, para quererte y valorarte como mere- ces… Y he terminado diciéndome: No lo he hecho a propósito, no soy un desastre, soy una persona que siente y padece, y quiero ser justa conmigo y con mi vida. No más reproches, no más sufrimiento, hoy sé que no valgo menos por equivocarme; al contrario, hoy sé que soy más sabia que ayer…, y al cabo de un rato de repetírmelo una y otra vez, me he sen- tido con confianza, segura de mi valía y muy contenta conmigo misma, feliz por fin con el esfuerzo realizado y muy satisfecha de los resultados conseguidos”.
Y tú, estimado lector que nos visitas en esta página, ¿cómo te sientes, cómo tienes tu autoestima?
Cuando piensas en ti, ¿qué sientes: orgullo o decepción? Cuando piensas en ti, ¿qué te sobreviene: alegría o tristeza?
¿Qué imagen tienes de ti: te gusta o te disgusta?
¿Cuándo lo pasas peor?
¿Cuándo sientes tu autoestima baja?
¿Quién es más duro contigo: tú o quienes te rodean?
¿Qué te dices cuando estás triste, cuando piensas que no vales nada, cuando crees que te has equivocado de nuevo?
¿Te duran mucho tus sensaciones de malestar cuando te sientes culpable, cuando crees que te has equivocado?
Piensa en algo de tu forma de ser que valores, que te guste. (Escríbelo con todo lujo de detalles: lo que piensas en esos momentos en que estás bien, lo que sientes, lo que más te emociona, lo que te hace vibrar, lo que te llena de ilusión y esperanza…).
Como siempre, intenta reflexionar, busca el momento para hacerlo con calma, céntrate en las preguntas y contesta con toda la sinceridad de que eres capaz; no te dé miedo, te ayudará a situ- arte y verás con claridad los siguientes pasos, en ese estimulante camino hacia la felicidad.
Conseguir una buena autoestima será uno de los objetivos cruciales de tu vida, pero re- cuerda que sólo lo lograrás si crees en ti, si te valoras, si te aceptas y eres capaz de abrazarte (por dentro y por fuera).
Es imposible, repito, es imposible que seamos felices si no somos capaces de creer en nosotros. Las personas que no creen en ellas mismas no tendrán éxito en su vida, y me refiero a cualquier tipo de éxito: personal, profesional, social, familiar… No obstante, a veces nos podemos equivocar, y confundir un triunfo efímero, con el éxito de verdad.
Creer en ti será la base de tu éxito en la vida.