Perfeccionismo en niños y adolescentes: la cara oculta de la presión académica
Perfeccionismo en niños y adolescentes: la cara oculta de la presión académica

Perfeccionismo en niños y adolescentes: la cara oculta de la presión académica

Perfeccionismo en niños y adolescentes: la cara oculta de la presión académica

Cuando pensamos en dificultades escolares, lo habitual es centrarnos en aquellos alumnos que tienen un bajo rendimiento, que suspenden o que presentan problemas de conducta. Pero hay otro grupo que muchas veces pasa desapercibido: los niños y adolescentes que siempre sacan buenas notas, que entregan todo a tiempo, que participan en clase, que “van bien”… pero que, en realidad, viven bajo una intensa presión académica y una autoexigencia que puede afectar seriamente a su bienestar emocional.

Desde el Centro de Psicología Álava Reyes, queremos visibilizar esta realidad cada vez más frecuente: la de los estudiantes que sienten que su valor personal depende de obtener siempre un 10. Jóvenes que se exigen al máximo, que se frustran si bajan una décima, que sienten que no pueden fallar… y que muchas veces, sufren en silencio.

¿Qué es el perfeccionismo infantil?

El perfeccionismo en niños y adolescentes se caracteriza por una necesidad constante de rendir al máximo y por un miedo intenso a cometer errores. Estos menores no solo quieren hacerlo bien: sienten que deben hacerlo perfecto. Y cuando no lo logran, se castigan emocionalmente, se sienten fracasados o incluso “no válidos”.

La psicóloga María Jesús Álava Reyes lo explica así:

“Los niños y adolescentes hiperexigentes no disfrutan sus logros, porque la presión interna les impide sentirse satisfechos.”

Este tipo de pensamientos pueden surgir por varios motivos: una personalidad autoexigente, el deseo de agradar o destacar, un entorno muy competitivo o incluso mensajes (a veces implícitos) de padres o profesores que refuerzan el valor del éxito académico por encima del bienestar personal.

¿Qué es el perfeccionismo infantil?

Síntomas que deben alertarnos

Algunos signos que pueden indicar que un niño está desarrollando un patrón de perfeccionismo poco saludable son:

  • Ansiedad o nerviosismo excesivo antes de exámenes o presentaciones.
  • Somatizaciones (dolor de estómago, insomnio, fatiga).
  • Tristeza o llanto ante calificaciones que no sean máximas.
  • Dificultad para disfrutar del proceso de aprendizaje.
  • Necesidad de rehacer tareas constantemente para que “queden perfectas”.
  • Miedo desproporcionado a equivocarse.
  • Baja tolerancia a la frustración.

Lo más preocupante es que estos menores suelen ser vistos como “alumnos modelo”, por lo que su malestar puede pasar inadvertido. Como «todo va bien», nadie les pregunta cómo están realmente.

¿Cómo acompañar a un niño o adolescente perfeccionista?

Desde nuestro equipo de psicólogos infantiles y juveniles, recomendamos a familias y docentes tener en cuenta las siguientes pautas:

1. Valida su esfuerzo, no solo el resultado

Reforzar únicamente los dieces o los logros académicos puede generar la creencia de que solo valen por sus éxitos. Es importante reconocer también el trabajo, la constancia y la actitud, incluso cuando el resultado no sea perfecto.

2. Ayúdale a aceptar el error como parte del aprendizaje

Los niños necesitan entender que equivocarse no solo es natural, sino necesario. Educar en la tolerancia a la frustración y enseñarles a gestionar los errores les ayudará a crecer con mayor seguridad emocional.

3. Fomenta espacios de descanso y autocuidado

Los estudiantes perfeccionistas tienden a sobrecargarse. Es fundamental garantizar que tengan tiempo para relajarse, jugar, desconectar y dedicarse a actividades no evaluadas.

4. Habla abiertamente de la presión académica

Normaliza las emociones que puedan surgir ante los exámenes, las tareas o las comparaciones con otros. Cuanto más conscientes sean de sus pensamientos, más fácil será ayudarles a manejarlos.

5. Si es necesario, busca apoyo profesional

La autoexigencia infantil sostenida en el tiempo puede derivar en trastornos de ansiedad, depresión o problemas psicosomáticos. En esos casos, la intervención de un psicólogo especializado es clave para trabajar la autoestima, la gestión emocional y el sentido de identidad más allá del rendimiento.

Transformar la exigencia en motivación saludable

En el Centro de Psicología Álava Reyes creemos firmemente en la importancia de fomentar una salud emocional sólida desde la infancia. La excelencia académica no debe convertirse en una carga, sino en una elección personal, libre de miedo y acompañada de bienestar.

Nuestros hijos no nacieron para ser perfectos, sino para ser felices. Acompañarlos en ese proceso, sin presiones innecesarias, es uno de los regalos más importantes que podemos darles.

¿Tu hijo o hija vive con una autoexigencia excesiva? ¿Notas señales de ansiedad o presión por el rendimiento académico?
En nuestro centro podemos ayudarte. Contamos con un equipo experto en acompañamiento psicológico escolar, ansiedad infantil y gestión de la autoexigencia.

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