Cómo recuperar la ilusión y la esperanza cuando se pierden
Tras la Semana Santa contemplamos, a veces con sorpresa e incredulidad, como miles y miles de personas deciden hacer un paréntesis en sus vidas para conectarse con lo más profundo de su ser: con sus creencias religiosas, con su fervor compartido, con la necesidad imperiosa de creer o seguir creyendo en algo que transciende su día a día, y les hace superar las limitaciones de su vida cotidiana.
En este espacio de psicología, hemos mantenido en numerosas ocasiones, que no podemos vivir sin ilusiones y sin esperanzas. Igualmente, muchas personas exponen que necesitan creer en algo, en algo que trascienda su realidad.
María Jesús Álava Reyes, apunta que a veces resulta difícil recuperar la ilusión y la esperanza cuando se pierden. La clave para volverlas a sentir es «vivir más desde la acción y no desde la reacción, poner el foco en lo que tenemos y no en lo que nos falta». Hace hincapié en que debemos «ser muy conscientes que dentro del conjunto de personas que viven en el planeta somos privilegiadas y tenemos condiciones de vida que millones de seres humanos anhelan».
«Nos hemos olvidado de llenar nuestra hucha emocional»
«Nos hemos olvidado de llenar nuestra hucha emocional en el día a día, no dejamos huecos para seguir generando nuevas ilusiones y nuevas esperanzas», sostiene. La pérdida de esta ilusión se puede deber a varias razones y depende de cada persona, de sus situación y de los valores que tenga. No obstante, asegura Álava Reyes que una de las claves para ser feliz es «sentirnos queridos y aceptados» y que eso pasa «por nuestra propia aceptación».
Explica que los mayores porcentajes de felicidad se dan entre las personas mayores y cuando profundizan en las causan comentan que se sienten los «dueños de su tiempo».
La actitud es fundamental
«Lo fundamental para sentirnos bien es la actitud que tengamos ante la vida, si nuestra actitud es de disfrutar, de luchar contra la adversidad, de valorar lo que tenemos, de estar agradecidos, difícilmente perderemos la ilusión», asegura la psicóloga.