«Hijo, aléjate de Pablo que dio positivo en Covid-19». Silvia Álava para «ABC»

Algunos niños podrían quedar «señalados» por sus compañeros tras pasar el coronavirus.

«Hijo, tu no te acerques a Pablito en el cole que fue positivo en Covid-19». La incertidumbre y el miedo está provocando que algunas familias –sobre todo aquellas que se han visto afectadas seriamente por el coronavirus o que conviven con personas mayores o vulnerables–, alienten a sus hijos a alejarse de aquellos compañeros que han pasado el Covid. «Acabamos de empezar las clases y todavía es pronto, pero en cuanto haya un niño que dé positivo y vuelva a clase, somos conscientes de que habrá padres que “obliguen” a sus hijos a que no se junten con él», asegura Andrés Cebrián, presidente del Sindicato Independiente de Enseñanza Anpe.

Precisamente, hace tan solo unos días, el Consejo General de Enfermería ha advertido de la posibilidad de que el contagio por Covid-19 traiga consigo «un estigma para los niños infectados e, incluso, para los que han pasado la enfermedad», por lo que ha pedido a los centros educativos que estén preparados y tomen medidas.

Salud emocional

El presidente de Anpe señala que es un problema «del que somos conscientes y del que ya hablamos en el mes de julio con la Consejería de Educación». Explica que la salud emocional de los alumnos es muy importante, pero el problema es que los profesores están «relativamente preparados» para dar respuesta a estas nuevas situaciones porque ahora mismo «tienen una sobrecarga de trabajo enorme al tener que hacer de maestros, sanitarios, psicólogos… Un docente no va a saber qué hacer si se encuentra con niños solos porque sus compañeros no quieren estar con él por haber pasado el Covid-19».

Pedro José Caballero, presidente de Concapa, asegura que cuando haya un positivo en una clase, el coordinador Covid del colegio será el encargado de llevárselo a una habitación especialmente habilitada para ello. Este coordinador avisará a los padres para que vayan a recoger a su hijo y llamará al centro de salud para que indique los pasos a seguir. Al avisar al resto de familias de escolares de su clases, en ningún caso se facilitará el nombre del niño afectado por protección de datos pero, al final, como ocurre en otros casos –como cuando un niño es el que tiene piojos–, todo se sabe y el nombre sale a relucir, lo que puede ser un problema para el afectado».

Reconoce Caballero que ese alumno puede quedar marcado «y no es un problema baladí». «Los psicólogos del colegio –prosigue– deberán mediar para que su regreso sea lo más óptimo posible. Hay que trabajar, no obstante, con todos los alumnos porque llevamos meses diciéndoles que no se acerquen a otras personas porque hay un bicho muy malo que mata cuando ahora se ven metidos en un aula con sus compañeros. Hay que transmitir seguridad sin restar importancia a la situación. Es una contexto nuevo para todos y la Administración también debe ofrecer respuestas adecuadas a este problema».

Sin malas intenciones

Para la doctora en Psicóloga Silvia Álava Sordo, las familias también tienen un papel importante. «Es esencial que cuenten a sus hijos que no hay mala intención por parte de un compañero que ha tenido Covid, sino que es mala suerte. Se puede aprovechar para enseñarles a empatizar, a ponerse en el lugar del niño afectado y saber cómo se siente si nadie quiere estar con él. Y, muy importante, hacerle saber que mañana puede ser él el que tenga Covid y pase por esa misma situación. Los padres, no obstante, deben tener cuidado con lo que dicen delante de sus hijos porque están muy atentos y actuarán o dirán lo que escuchan a los adultos».

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