Mis hijos tienen 4 y 11 años… ¿a qué pueden jugar juntos?. Silvia Álava para «El Correo»

En esta campaña rara que nos está tocando vivir, los más peques, sin alcanzar a comprender las dimensiones de lo que ocurre, están notando las consecuencias como los adultos. No pueden jugar como antes. Nada de partidos de fútbol ni multitudes en las piscinas y los parques. Esta vez toca jugar entre los hermanos, o con los primos, o con los vecinos cercanos. Dos, tres… cuatro niños a la vez. Pero, ¿es fácil que eso suceda cuando tienen edades muy dispares? ¿Pueden jugar juntos dos hermanos de 4 y 11 años? Y, en caso afirmativo, ¿a qué pueden jugar que les entretenga a ambos?

Silvia Álava, psicóloga especializada en infancia del gabinete Álava Reyes, nos da unas pautas para ayudar a los pequeños que se sacan una o dos cabezas a jugar juntos. Le planteamos varias situaciones, con casos de edades muy distintas. Y al margen de sus recomendaciones, una advertencia inicial: «Siempre va a tener que ser el niño mayor el que se tenga que amoldar un poco al pequeño. Cuando uno pequeño juega con uno mayor a veces no entiende el juego y nos encontramos con chavales que corren detrás de los mayores aunque no entiendan muy bien de qué va la cosa. Pero se lo pasan bien porque les da la sensación de que están participando».

Dos hermanos de 2 y 5 años:

A cuidar muñecos

«Ya pueden empezar a compartir el juego. El de 2 años todavía está en una edad en la que va a jugar junto a su hermano, no con su hermano. No es que haya un juego en el que la interacción vaya a ser entre los dos niños, sino que la interacción es triangular, a través del juguete que hayan elegido. Lo más seguro es que el de 2 se sentará al lado del de 5 y tratará de copiar lo que hace el mayor. Éste, a su vez, le puede dirigir un poco el juego. Podrían estar jugando a cuidar muñecas, a profesores».

Amigos de 3, 7 y 8 años:

Al ‘pilla pilla’

«Los de 7 y 8 años pueden tener un juego más complejo, con normas claras, desde juegos de mesa a juego simbólico o dinámicas de ejercicio físico tipo ‘pilla pilla’. El de 3 años va a estar a su lado pero estará corriendo y haciendo cosas parecidas, más imitando el juego de los mayores, que sí estarán jugando. Es importante que los mayores entiendan que el pequeño no puede jugar al mismo nivel que ellos y que le asignen alguna tarea sencilla: ‘tú nos sigues’, por ejemplo. Si hay movimiento puede correr detrás de ellos, que le dejen correr, pero que no sea él el que siempre se la queda porque no va a ser capaz de pillar a ninguno».

Una chavala de 12 años con sus padres:

Al ‘Cluedo’ o el ‘Monopoly’

«A los 12 años están entrando en la adolescencia y el tipo de procesamiento ya es más parecido al de un adulto. Pueden tener un desarrollo de pensamiento lógico muy bueno, que es útil, sobre todo, para los juegos de mesa que interesen a ambos: cartas, ajedrez, ‘El Cluedo’ para resolver misterios, el ‘Monopoly’… Y si les ponemos a jugar a los videojuegos van a estar encantados todos. Con los chavales de 12 años se pueden tener conversaciones super interesantes y hay que preguntarles cosas para que vayan desarrollando la lógica».

Dos primos de 6 y 9 años:

A disfrazarse e inventar películas

«Pueden jugar a muchísimas cosas juntas porque a los 6 ya hay un desarrollo evolutivo que hace que los niños puedan seguir los juegos de normas y de reglas. Desde los tradicionales juegos de mesa de normas hasta el juego simbólico: inventan que son profesores, que viven en el mar de sirenas… Es una edad muy buena y hay un tipo de juego muy rico con una interacción entre ambos que va a ser bastante parecida. Podrían entretenerse bastante bien. Los juegos de mesa les van a venir bien pero el juego simbólico, de roles… que imaginen películas, disfraces… es una edad genial para eso».

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