Psicología: ¿Qué señales indican que necesitamos ayuda psicológica?

Hablamos de salud mental con la psicóloga María Jesús Álava Reyes. Uno de los temas que más está en el aire incluso en el ámbito político. El domingo fue el día de la Salud Mental. Durante la pandemia han aumentado los trastornos mentales un 25 por ciento.

El impacto de la pandemia en España no tiene precedentes. Alrededor de un tercio de las personas adultas presentan niveles altos de angustia. En las personas jóvenes la cifra aumenta a una de cada dos. Además más del doble de personas que han acudido a especialistas en salud mental son mujeres.

Desde el 10 de marzo de 2019 hasta septiembre del año pasado el equipo de la psicóloga hizo un estudio. Los pacientes que tenía antes de la primera fecha, en los que más se ha agravado la situación es los jóvenes. Los que llegaron directamente por la pandemia, de nuevo la mayor parte eran personas jóvenes. Trastornos emocionales, problemas de conducta, de falta de sueño. El más preocupante es el de las autolesiones con un caso de cada seis. Mientras que de acción suicida hay un 10,38 por ciento de los casos, «es una salvajada, algo que nunca antes habíamos visto». En los niños los problemas están relacionados con la introversión y los más mayores, personas con alta necesidad de control y miedo a la incertidumbre.

Durante la cuarentena resultaron muy eficaces las consultas telefónicas. A nivel profesional no se ha firmado la importancia del papel del psicólogo en la atención primaria. En un estudio de más de mil pacientes se ha demostrado mejoría tras siete sesiones y evitar el uso de psicofármacos.

Se habla de una futura ola de problemas de salud mental. Pero la ola ya está aquí. Necesitamos estrategias de autorregulación y autocuidado. Se va a necesitar una gran inversión. En España solo hay 4 psicólogos por cada 100.000 habitantes mientras que la media de Europa es de 18.

¿Qué señales indican que necesitamos ayuda psicológica?

Cuando una persona identifique un malestar que no logre gestionar y no le impida continuar con su día a día, es un indicador muy claro. A veces se espera a que ese indicador llegue a un nivel extremo y hay que anticiparse.

Cuando las personas sienten irritabilidad o nerviosismo, mucha tensión. Un estado de ánimo bajo, fundamentalmente de tristeza o apatía, ansiedad, miedo, angustia, miedo, preocupación excesiva, problemas de sueño, consumo excesivo de alcohol u otras sustancias, autolesiones, intentos de acción suicida y retraimiento social u aislamiento.

La ley de salud mental

La decisión de invertir en salud mental ha sido bien recibida por los profesionales. Es verdad que inquieta la ley de salud mental porque es una iniciativa que va contra todas las guías clínicas del mundo. Por ejemplo, defiende el derecho de la persona a tener tratamientos solo basado en su consentimiento, esto es un despropósito que si sale adelante va a perjudicar mucho a las familias de los enfermos. El tono de la ley es más social que científico.

La reflexión final sería, escuchemos a los expertos, científicos, al personal sanitario que cada día trabaja para mejorar nuestra salud mental y ellos saben mejor que nadie como podemos avanzar en la salud integral. Necesitamos recursos y profesionales preparados pero no juguemos con algo tan importante como la salud mental.