Sol@s y felices. Por Christine Lebriez.

Soltero, separado, divorciado, viudo…y muchas otras formas más…  Hay otros estados que el de estar en pareja (casado o no, o bajo cualquier otra forma de compromiso) que se pueden presentar en la vida; ya que una opción es la de estar solos.

En algunos casos será una soledad obligada; en otros deseada e incluso una elección, y en otros como un paso intermedio hasta encontrar pacientemente a la persona con la que dar el paso de saltar desde ese estado de soledad. Incluso se puede tener la soledad, pero no a tiempo completo.

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El amor es un sentimiento absolutamente placentero y podemos decir que ciertamente, un rasgo especifico del ser humano es su capacidad de amar. Pero existen muchas opciones para dar amor en nuestras vidas: amor a los amigos, a los compañeros de clase, amor a la familia, amor a los hijos… así podemos entender el amor como un bello gesto de generosidad que ayuda a la vida a brillar en todo su potencial.

Sin embargo, en esta sociedad, aun cabe extrañarse cuando se ve a una persona “sola”. Rápidamente vienen pensamientos del estilo: será una persona muy rara, no habrá quien soporte a esta persona, seguramente sólo habrá pensado en su trabajo, debe ser insoportable en la convivencia… en resumidas cuentas, cuando conocemos a una persona sin pareja, y más de cierta edad, se busca la posible “tara” que debe de tener para haber llegado a tal punto.

Hay una especie de estigmatización de las personas que están solas, como si fuesen bichos raros. La soledad, la solitud y el estar solos, tiene muy mala reputación.

Como si estar solo fuera la cara del fracaso,  y tuviésemos que taparla o esconderla por ser algo mal visto. Una gran cantidad de prejuicios respecto a estar solo y no en pareja.

Por algún motivo asociamos estar solo como un estado negativo, desdicha, rechazo, amargura…pero nada más lejos de la realidad. En ocasiones más vale estar solo que mal acompañado, y es que en pareja uno también puede sentirse solo, anulado o despreciado.

Para colmo vivos en una sociedad donde la tecnología mas que nunca se supone nos ayuda, nos invita y nos facilita todo para estar conectados y poder innovar en la soledad.

Lo primero que hemos de tener claro es que una persona perfectamente puede estar SOLA Y FELIZ, es mas MUY FELIZ. Incluso, lo más interesante y recomendable es poder estar solos para conocerse a sí mismo antes de pasar a poder comprometerse con alguien más. Porque sólo cuando uno está bien y se conoce mejor a sí mismo (estando en soledad, y por qué no, disfrutando de ella); es cuando uno puedrá dar lo mejor de sí al otro.

A veces el éxito afectivo pasa por saber estar solos y bien consigo mismos.

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Hay personas que han de estar necesariamente con otra persona y estar en pareja toda su vida, pues no saben estar solos, ni siquiera en la transición de una ruptura reciente, sin poder llegar a resolver o trabajar el duelo psicológico, rápido se lanzar a estar de nuevo con alguien. Hay personas que incluso serán “personas trampolín” o “personas puentes” para llegar a la pareja definitiva, en vez estar solos hasta que esa persona aparece. Van saltando de una pareja a otra, todo con tal de no estar solo.

Diríamos es una forma de “pegotearse” o “adherirse” a otra persona, por no poder sufrir la insoportable soledad. Esta forma de estar con alguien surge de una clara y terrible necesidad de otro y de una huida de la soledad, pero en ningún caso es fruto del amor. 

Llegados a este punto la relación nacida del “pegoteo”; y tal y como dice el dicho popular “el roce hace el cariño, y se le coge amor hasta a una piedra en el camino”  bien es cierto que, en algunos casos, esta forma de unión inicial creada de esa “ necesidad de ser amado” y de huir de la insoportable soledad; pudiera transformarse con el tiempo transformándose posteriormente en amor entre ello, o al menos que se lleguen a tolerar y soportar. En otros casos esa relación nacida del “pegoteo emocional” estará abocada al fracaso.

Hay aún muchas culturas y países, donde se hacen “apaños” de matrimonios, que en algunos casos dan como resultado una vida de amor; en otros no.

Pero si bien es cierto que sea cual sea el final de la historia, hay parejas que se aguantan por un tema logístico, por unos niños, por no tener medios económicos, cuestiones religiosas, prejuicios sociales…o un sinfín de variables, que hacen que estar en pareja pueda ser un auténtico infierno en vida. 

Nadie debería estar forzado, obligado, coaccionado, presionado o intimidado a estar o seguir con alguien con quien no funciona o se siente preso.  La mejor opción se torna en estar solos.

Estar solo y sin pareja, es una bella opción a ejercer de modo que uno aprende sobre sus límites, y de este modo, podrá acepar o no, determinadas conductas para cuando esté en pareja, podrá ver hasta qué punto está dispuesto a hacer cambios por la otra parte… Ser independiente es una versión interesante para estar en pareja, pero se aprende mejor a ser independiente, estando bien solo.

Estar solo es interesante incluso para saber cuándo poner final cuando estoy con alguien y ya no aporta nada positivo, no hay proyecto o incluso es algo tóxico. Para marcar la diferencia hay que saber la diferencia.

Así que por un motivo o por otro estar solo puede ser un estado “fuente de felicidad”.

Una persona sola no tiene por qué ser una persona amargada, o desdichada; puede ser alguien muy lleno y pleno con su vida. O simplemente alguien que con calma camina por la vida, hasta que en el camino encuentre algo que encaja a la perfección con lo que desea. O simplemente alguien que tiene proyectos de otro tipo en su vida, y que el tema de pareja o amor llegara cuando tenga que llegar, si es que le llega y está abierto a ello.

En muchas ocasiones en la base de todo esto está la AUTOESTIMA, y una vez más estar solo, nos puede ayudar a tomar espacio. En soledad uno tiene tiempo para volcar el amor hacia uno mismo, aprende a cuidarse, aprender a concienciarse, aprender a establecer sus propias rutinas…Nos ayuda a reflexionar sobre nuestra vida, nos ayuda a estar y abrazarnos a nosotros mismos.

Además, uno abre caminos de felicidad, de ocupación, de entretenimiento, uno se desarrolla como un único ente con y para sí mismo. Es fundamental planearse el goce y el disfrute para saborear y asociar lo bueno de estar solo.

Y es que es una buena opción que te brinda más tiempo para ti, más espacio y autocuidado.

Estar solo ayuda a crecer y madurar, y sin duda es la medicina para poder estar bien en pareja.

Aún quedan barreras como por ejemplo ver como algo normal, a una persona que viaja sola, va al cine sola, va de compras sola, una persona cenando sola, o incluso una persona que esta sola en un bar.

Cuando nos entregamos plenamente a nosotros mismos, es cuando más aprendemos de nosotros mismos. Hay que desenmascarar la falsa ilusión de que el mejor estado es en pareja, porque no ha de ser necesariamente así, pudiendo en algunos casos convertirse incluso en un campo de batallas, por eso es fundamental explorar las opciones alternativas para poder ser mas libres en la elección y saber disfrutar estando solo.

El propósito es estar bien, ya sea en una entrega y unión sana con otra persona, ya sea solo con uno mismo. De nada serviría estar en una entrega toxica que nos va minando. 

Hay que saber estar solo y no perder los lazos sociales, y lograr vínculos nutrientes.  Estar solo no es atravesar un desierto emocional o aislarse de las relaciones externas, muy al contrario, estas han de seguir manteniéndose, buscándose y trabajándose. 

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En muchas ocasiones escoger la soledad es algo positivo y puede ser un impulso para avanzar, si sabemos abrazarla y convivir con ella. Para ello hay que encontrar un equilibrio entre los momentos en los que nos entregamos a los demás y los momentos que nos dedicamos a nosotros mismos para así no sentirnos vacíos. 

Es importante saber que la experiencia de la soledad depende de cada individuo, y es algo subjetivo y particular de cada uno. En mayor o menor medida, hemos experimentado alguna vez el estar solos y también la soledad (solos o acompañados), lo que nos va diferenciar, es la actitud que tenemos hacia ella, ya que hay personas que la abrazan y ahondan en ella, mientras otros huyen de ella.

Pero la realidad es que estar solo también puede ser algo muy apacible e incluso apetecible. ¿Por dónde empezar? Sencillamente exponiéndonos a las actividades del día a día que se realizan en compañía, pero esta vez experimentándolas sin nadie: ir al cine, salir a comer o cenar, aprender una nueva habilidad, incluso viajar solo.

Podemos enumerar además varios beneficios de estar solo:

  • No tienes que disculparte por nada: no tienes que pedir perdón o escusas por cada cosa que haces, eliminando así presión.
  • Quietud y paz: Estar solo ayuda a que haya menos ruido en nuestra mente, podemos encontrar la quietud y la paz del incesante dialogo del día a día.
  • Espacio para la creatividad: Al estar solo la mente es mas libre para explorar y poder inspirarse en lo que realmente nos atrae.
  • Incrementa la independencia: Ya que vamos valiéndonos más por nosotros mismos, y eso refuerza a que vayamos solventando nuestros propios problemas. No tendrás la necesidad de estar solo si no te apetece.
  • Genera confianza: Nos hace más fuertes, ya que solo nos tenemos a nosotros mismos.
  • No necesitas la aprobación de los demás :Podremos llegar a tomar decisiones sin ninguna influencia externa. 
  • Puede ayudar a disminuye el estrés y establecer prioridades: Ya que todo el tiempo es en realidad para cada uno, con lo que uno puede incluso organizarse sus propias prioridades.
  • Incrementa la productividad. Podemos ser mas eficientes al estar volcados únicamente en nuestros intereses, ya que estar con otros nos entretiene y nos distrae.
  • Puedes descansar y reponer pilas: el tiempo a solas te permite un descanso emocional y poder recargar las pilas a tu aire.
  • Tienes mas espacio para reflexionar: da tiempo y espacio para la auto reflexión.
  • Conoces tus propias emociones : Tienes más tiempo para ti. Estar sola te da tiempo a conocerte, saber lo que te alegra, lo que te hace feliz y lo que te hace sentir mal.
  • Haces las cosas que realmente te interesan: Estar a solo te da la libertad de hacer lo que realmente quieres hacer.
  • Eres responsable de tu felicidad: Una vez solo, la única felicidad de la que eres responsable, es la tuya.