Amor en tiempos de cuarentena: claves para sobrevivir a la convivencia en pareja

El confinamiento impuesto por el estado de alarma a consecuencia de la COVID-19 ha hecho que muchos de nuestros hogares hayan pasado de ser meros bed&breakfast (como un hotel con desayuno) a escenarios de largas convivencias. Y en muchos casos, hay que reconocer que no se está muy acostumbrado a compartir tanto tiempo con nuestra pareja. Igual que ha sido necesario por culpa del coronavirus hacer cambios en un sistema mayor como es la sociedad, es imprescindible hacerlos en uno menor —pero base importante de ella— como es la pareja. Si estás en esta situación, ten en cuenta las claves que proponen en las siguientes líneas una psicóloga y una sexóloga.

Cada pareja es un mundo, como también lo es este nuevo escenario obligado a pasar por el coronavirus entre las cuatro paredes de casa. Pero ¿y si le damos un giro a la situación y, en vez de pensar que estamos encerrados, lo planteamos como un retiro con nuestra pareja? ¿Por qué no positivizamos el confinamiento? La psicóloga María Jesús Álava Reyes da algunas pautas para sobrellevar esta convivencia repentina y que la pareja no se vea afectada.

Organizar el tiempo común y el individual

La psicóloga señala que “poder llegar a consenso de ese tiempo compartido y la responsabilidad que asumirá cada uno permitirá definir un apartado individual que nos de libertad de acción. Cualquier negociación y gestión de tareas generará una percepción de equipo funcional”.

Plantéate que sois un equipo (con o sin hijos). Y la finalidad es que gane el equipo, no que gane o pierda una de las partes. No es ceder. No es ganar. Si hay hijos, habrá que reforzar algunos aspectos como “negociar pequeños espacios de 30 a 60 minutos a lo largo del día, para que cada uno se ocupe de hacer tareas con ellos y se permita a la pareja un tiempo personal en el que no sea molestado”, propone.

Desarrollar los actos de amor y minimizar los odios

“Reforzar positivamente al otro, ser agradecido, tener muestras de afecto y cariño, saber disculparse… Este tipo de acciones harán que nos sintamos queridos y estimados y podamos reducir muchos sinsabores de la convivencia continuada”, sostiene Álava Reyes.

Saber parar las discusiones antes de que estallen o se hagan violentas

La psicóloga recomienda “pactar treguas y fomentar la calma para dialogar. Actuar de modo comprensivo y empático, reduciendo la hostilidad y sabiendo que el otro puede sentirse tenso, ya que la misma situación de encierro involuntario puede movilizar emociones”. No presionarse y no presionar.

Compartir ideas

Es tiempo de “poner en marcha la creatividad y hacer propuestas interesantes que compartir, como si fuésemos a salir de casa: desde leer un libro en voz alta, a ver una película, seguir una clase deportiva online…”.

Espacios ‘chill out’ caseros

Ante el bombardeo constante de noticias, datos y números negativos en su mayor parte, Álava Reyes propone “apagar la televisión y fomentar espacios de diálogo o de relajación y meditación, para calmar los ánimos, bajar las preocupaciones y tensiones que puedan generar las noticias y reducirlo a un espacio reflexivo en momentos únicos del día”.

Y que no falte el sexo

“Las relaciones sexuales satisfactorias y consensuadas son positivas en la pareja”, afirman desde el Centro de Psicología Álava Reyes. Y recalcan que, además, no tienen por qué ser necesariamente relaciones completas: “Es un error limitar o reducir toda la sexualidad humana a un acto. Es un buen momento para explorar o redescubrir la intimidad emocional y física con la pareja”.

El punto de partida es encontrarse bien con nosotros mismos, estado que muchas personas no sienten en estos momentos. Las preocupaciones, la ansiedad, el miedo o la angustia afectan a las relaciones sexuales. No está tan claro que dentro de nueve meses haya un baby boom, aseguran los expertos consultados.

Seguir este decálogo que propone la sexóloga Rosa Collado, del mismo centro de psicología, es una buena forma de disfrutar de unas relaciones sanas, respetuosas y pasionales.