El mobbing constituye uno de los estresores más importantes en la vida laboral.

Según el Informe Employer Brand de Randstad Research de 2023, el 38% de los trabajadores necesita trabajar para una empresa que ofrezca prestaciones de salud mental y bienestar.

Cada profesional pasa más de una tercera parte del día en su puesto de trabajo, por lo que el bienestar psicológico resulta crucial para lograr un mejor rendimiento y evitar una repercusión negativa en su vida personal.

El mobbing o acoso laboral constituye uno de los estresores más importantes en la vida laboral. Junto a María Jesús Álava Reyes profundizamos en la señales que nos indican que hay acoso laboral.

La psicóloga María Jesús Álava Reyes define el acoso laboral como el «continuado y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un trabajador por parte de uno u otros que se comportan con él cruelmente. Con vistas a lograr su aniquilación o destrucción psicológica y obtener su salida de la organización a través de procedimientos ilegales o ilícitos ajenos a un trato respetuoso humanitario que atenta contra la dignidad».

Estas conductas negativas que utiliza el acosador causan humillación, ofensa y estrés tanto en las víctimas como en las personas que les rodean.

La mayoría de las personas que realizan acoso disfrutan con el daño que ocasiona 

Enumera la psicóloga los principales efectos que provoca el acoso en la personas que lo sufre. A nivel cognitivo apunta que los más importantes son los olvidos, las dificultades para la concentración, irritabilidad, depresión, apatía, nerviosismo. «Las crisis de ansiedad son lo más constante», añade. Explica que lo primero que preguntan los profesionales para identificar el mobbing es si la persona sufre trastornos del sueño.

A nivel físico, apunta que las víctimas suelen sufrir «una especie de fatiga crónica«. Además de un desgaste físico que les provocan dolores cervicales y musculares por la presión a la que están constantemente sometidos.

«La mayoría de las personas que realizan acoso disfrutan con el daño que ocasiona y el sufrimiento que están provocando a sus víctimas», expone Álava Reyes. Agrega que no sólo justifican sus acciones, si no que pretenden que otras participen de ese acoso. «La competitividad, el exceso de presión sobre los objetivos a conseguir, la falta de compañerismo pueden generar un medio muy favorable para que prolifere el acoso laboral», desarrolla.

Todas los profesionales que trabajan en este ámbito coinciden en que los acosadores mienten compulsivamente y poseen una capacidad de simulación, manipulación y extorsión de la realidad de «auténticos artistas».