La importancia del criterio de los Profesionales Expertos

Muchos profesionales de la salud mental observan con preocupación como, con demasiada frecuencia, los criterios de los equipos de expertos no son tenidos en consideración y se actúa, incluso, en contra de sus recomendaciones.

Las situaciones son múltiples, pero las consecuencias pueden ser devastadoras, en temas tan importantes como custodia de hijos, evaluaciones periciales en casos de personas que han infringido la ley, temas de abusos, agresiones, violaciones…, o la concesión de determinadas medidas de “gracia”.

En este artículo vamos a intentar reflexionar sobre la importancia de respetar los Criterios de los Profesionales Expertos, que por algo acumulan muchos años de estudios especializados e infinidad de experiencia práctica.

«Muchos profesionales de la salud mental observan con preocupación como, con demasiada frecuencia, los criterios de los equipos de expertos no son tenidos en consideración y se actúa, incluso, en contra de sus recomendaciones».

¿Esa falta de respeto o valoración al criterio de los expertos, se da en general, o sólo hacia determinados profesionales?

No, no es algo generalizado; por ejemplo, difícilmente se da con profesiones del ámbito de la ingeniería. Casi nadie se atreve a discutir los estudios o valoraciones que realizan en su ámbito los Ingenieros Aeronáuticos, los Ingenieros de Caminos, los Ingenieros de Telecomunicaciones… A pocas personas inexpertas se les ocurre poner en entredicho si los cálculos de materiales para construir un puente, o un edificio, por ejemplo, están bien hechos.

Pero esa falta de respeto y ese opinar como si estuvieran al mismo nivel de conocimientos, sí que se da con mucha frecuencia en aquellas profesiones que están más unidas a nuestra actividad diaria: especialmente en el ámbito de la enseñanza, de la Psicología, de la Medicina, incluso del Derecho, y entiendo que también en el ámbito de la Comunicación y el Periodismo

Ese cuestionamiento de los profesionales de la medicina, psicología, educación, derecho…, se da a nivel general o también por instituciones o cargos oficiales

Sin duda, son dos ámbitos con diferente repercusión.

Cuando se da a nivel de “calle”, cuando cualquier persona se permite juzgar o discrepar de las valoraciones de estos profesionales, siempre es un trabajo añadido para ellos; si por ejemplo se trata de un padre que discute lo que le dice el profesor o profesora de su hijo; o de un paciente que intenta decirle al médico o al psicólogo lo que tiene que trabajar con él, es un incordio, cuando no una falta de respeto hacia la labor profesional, que hace que intentemos que la persona que nos discute una actuación, se de cuenta que sus criterios y los nuestros, no tienen nada que ver, que una cosa es lo que esa persona libremente puede opinar, y otra lo que el profesional experto y con el conocimiento apropiado puede hacer.

Muchos profesionales sanitarios, de la educación o del derecho, seguro que han vivido y viven cada día las molestias que ocasionan estas personas que pretenden decirte a ti lo que tienes que hacer en el ámbito de tu especialidad.

Pero con ser este un tema espinoso, lo más grave es cuando esta falta de respeto viene ocasionada por personas que representan instituciones oficiales; personas que tienen un poder determinado y que al no tener en consideración el criterio de los profesionales expertos pueden incurrir en medidas muy negativas, con una repercusión a veces lamentable.

«Muchos profesionales sanitarios, de la educación o del derecho, seguro que han vivido y viven cada día las molestias que ocasionan estas personas que pretenden decirte a ti lo que tienes que hacer en el ámbito de tu especialidad».

¿Qué puede producir ese cuestionamiento en la población?

Depende quien lo haga y en qué contexto, pero puede producir confusión, banalización de determinadas conductas, sensación de falta de justicia o ausencia de consecuencias ante hechos que deberían penalizarse…; en definitiva, puede producir desasosiego, sensación de indefensión y descrédito hacia las instituciones.

Estos hechos pueden ser especialmente delicados, cuando entran en clara contradicción con el criterio de los profesionales que han evaluado y valorado los casos.

Muchas personas se quedan perplejas al ver determinadas sentencias o medidas cautelares, que nada tienen que ver con el criterio de los profesionales expertos, y que resultan muy difíciles de explicar, y aún más difíciles de comprender.

Recordemos que aprendemos por modelo, y que hay hechos que tienen un gran impacto en determinados ámbitos de la población, y que además de confusos, pueden resultar incluso disuasorios.

«Muchas personas se quedan perplejas al ver determinadas sentencias o medidas cautelares, que nada tienen que ver con el criterio de los profesionales expertos, y que resultan muy difíciles de explicar, y aún más difíciles de comprender».

¿Qué impacto pueden producir algunas medidas que se han tomado, indultos…?

El año pasado tuvimos un caso concreto en Valencia. Si tenemos unos chicos que han agredido a unas niñas de 12 y 13 años, y unos informes de Fiscalía (donde tienen grandes equipos de profesionales) que aconsejan el ingreso en centros de menores, pero si a pesar de estos informes, el juez decide dejarlos en libertad, y a la salida de estos chicos, lo que reciben y con lo que se encuentran NO son unos padres apenados y consternados por sus conducta agresivas, sino lo que tienen es un recibimiento como si fueran héroes, ¿qué estamos transmitiendo a la población?, ¿qué mensajes estamos mandando a los adolescentes y jóvenes?, le estamos diciendo que agredir sexualmente a unas chicas de 12 y 13 años es algo que les hace más machotes, que ser “malotes” les confiere una atención extra, que a partir de ahora van a ser más guays…, ¡qué mensajes tan equívocos estamos dando y con cuánta repercusión negativa!

Claro que también podemos centrarnos en qué pasa en nuestra sociedad para que unas niñas de 12 o 13 años piensen que si quieren ser aceptadas tienen que tener relaciones sexuales con chicos más mayores, que de lo contrario no son nadie, ¿qué está pasando para que estemos mandando estos mensajes tan equívocos y muchos adolescentes (chicas y chicos) vivan en esta confusión y tengan estas prácticas tan peligrosas, que les pueden destrozar su vida?

Pero eso sería para otro artículo; en este caso lo que resulta muy preocupante es cómo pueden saltarse las opiniones de los expertos en unos temas tan delicados; ¿de verdad hay jueces que piensan que los equipos de fiscalía, los psicólogos, los psiquiatras, los trabajadores sociales…, todos se confunden?; ¿de verdad se quedan tranquilos tomando esas medidas que pueden tener unas consecuencias tan peligrosas?

«¿De verdad hay jueces que piensan que los equipos de fiscalía, los psicólogos, los psiquiatras, los trabajadores sociales…, todos se confunden?; ¿de verdad se quedan tranquilos tomando esas medidas que pueden tener unas consecuencias tan peligrosas?».

Quién pide después responsabilidad a esos jueces que, por ejemplo, saltándose el informe desfavorable de los equipos profesionales de la cárcel que han tratado a un determinado recluso, les conceden libertad provisional o les dan un tercer grado, y en esas salidas vuelven a delinquir, vuelven a agredir sexualmente, a robar o a matar: ¿es que no hay consecuencias para esas decisiones? Y mi pregunta es, ¿para qué entonces tenemos grandes equipos de fantásticos profesionales, haciendo un trabajo riguroso y científico, para que después no los tengan en cuenta?

Y, por favor, que no se entienda lo que estoy diciendo como una crítica general a la judicatura; nada más lejos de la realidad; seguro que la inmensa mayoría de los jueces y juezas tienen en consideración los criterios y las valoraciones de los equipos profesionales que les ayudan en su labor.

Otro tema sería cuando, además, ya entran en confrontación los criterios profesionales con criterios estrictamente políticos, ahí se nos viene todo encima.

Reflexión final

Resulta paradójico comprobar cómo muchas personas opinan de lo que no saben, hablan de lo que no conocen y además hacen juicios de valor. La psicología nos enseña la complejidad del ser humano y la necesidad de respetar los criterios y las valoraciones de los profesionales de la salud mental.

Qué arriesgado y contraproducente puede resultar creerse en posesión de la verdad y tomar decisiones que pueden tener un grave impacto sobre la vida de los demás.

FUENTE: muysegura,com