La Mujer Hoy, en el Trabajo y en la Vida. Entrevista a Mª Jesús Álava en Muy Segura

Por Mª Jesús Álava Reyes, presidenta de Apertia-Consulting y de la Fundación María Jesús Álava Reyes. También dirige el Centro de Psicología Álava Reyes y el Instituto de Bienestar Psicológico y Social.

En marzo celebramos el Día Internacional de la Mujer; por ello, puede ser un buen momento para que reflexionemos sobre la situación de la mujer en la sociedad actual.

Aunque en principio la fecha del 8 de marzo se eligió para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en la actualidad, la reivindicación se extiende a todos los ámbitos de la vida: personal, laboral, social, familiar…

«En este artículo nos gustaría profundizar en las características y peculiaridades de la Psicología de la Mujer; en sus vivencias, sus emociones, sus logros y sus conquistas, pero también sus insatisfacciones, sus decepciones y sus sufrimientos».

Aunque siempre repetimos que cada persona es única, vamos a tratar de exponer cómo están viviendo muchas mujeres hoy su situación en el trabajo, en la familia, en las relaciones sociales o de pareja; en definitiva, cómo viven su día a día.

¿Realmente hay diferencias significativas, en la forma en que viven sus emociones las mujeres y los hombres?

Sí que hay diferencias, aunque siempre, como decimos, respetando que cada persona es única y singular.

Las mujeres cuidamos muy bien, pero nos cuidamos mal.  Es como si nos hubieran enseñado y entrenado para querer, pero NO para querernos.

«En general, las mujeres tienden a ser más idealistas, más románticas, más observadoras, más intuitivas, más pacientes y más perseverantes. Las mujeres son unas luchadoras infatigables. Por ejemplo, les cuesta asumir que el amor se ha terminado, porque lo experimentan de forma distinta».

La afectividad también es diferente. Las mujeres son especialmente sensibles a las manifestaciones de cariño, a los cuidados, los mimos, las atenciones y detalles por parte de su pareja.

En general, las mujeres escuchan más, conversan mejor y son más sensibles a la comunicación verbal y no verbal.

Los hombres están más orientado a la acción, ante cualquier dificultad rápidamente generan posibles respuestas o soluciones, ofrecen alternativas, dan consejos y marcan el camino a seguir; aunque a veces de una forma un poco brusca o imperativa. En ellos las pulsiones son más fuertes, por lo que viven la sexualidad de forma distinta, y, por ejemplo, pueden confundir el auténtico amor, con la fase de atracción inicial. Ellos son más concretos en sus pensamientos y en sus conductas. Son menos románticos y dan menos vueltas a las cosas. Son más directos y aceptan con más facilidad, por ejemplo, que el amor se haya podido terminar.

¿Cuál es el origen de los desencuentros?

En general, los desencuentros vienen de la mano de expectativas erróneas.

«Las mujeres les piden a los hombres que piensen, sientan y actúen como si fueran mujeres, y los hombres les piden a las mujeres que piensen y sientan como si fueran hombres; ahí radican la mayoría de los desencuentros».

¿Cuáles son las principales demandas de ayuda psicológica en las mujeres?

El principal factor por el que las mujeres demandan ayuda psicológica es porque experimentan mucho CANSANCIO, abatimiento e INSATISFACCIÓN; se sienten poco reconocidas y poco valoradas, a pesar del gran esfuerzo que realizan.

Lo primero que tenemos que saber es que las mujeres acuden más al psicólogo (70% mujeres contra 30% hombres.

«La mujer cuando viene está PEOR, lo hace cuando ya no puede más».

El 31,66% de este colectivo, refiere tener ansiedad. Detrás de los problemas de ansiedad, se sitúan la depresión y la terapia de pareja. Ambos suponen el 17,08% de la demanda dentro de los casos de mujeres, y también vienen por temas sobre los hijos. Las preocupaciones de los hijos hacen que muchas veces caigan en cuadros depresivos. Con frecuencia se sienten responsables de los problemas o dificultades que presentan sus hijos.

«La Ansiedad, el Estrés, la Depresión, en muchos casos, están agravadas por el hecho de que las mujeres, en general, DORMIMOS menos que los hombres, casi una hora menos y, además, y a pesar de ello, nos dejamos menos tiempo para nosotras mismas durante la jornada».

Durante la pandemia, muchas mujeres nos relatan que de nuevo han sentido cómo ha recaído sobre sus hombros la principal responsabilidad en el funcionamiento de la familia: con los hijos, con los padres, con la casa…, como si su trabajo profesional fuera menos importante o requiriera menos tiempo.

Al final, de nuevo, la insatisfacción, la tristeza profunda y la decepción suelen ser compañías muy frecuentes en muchas mujeres.

¿Cuáles son las principales insatisfacciones que siguen mostrando las mujeres hoy en el trabajo?

En las organizaciones con frecuencia nos puede nuestra buena voluntad y sobreestimamos nuestra capacidad real de poder asumir más carga de trabajo, y lo hacemos con frecuencia porque nos cuesta decir NO.

En los casos de las mujeres que habían acudido directamente a consulta para solucionar sus problemas en el trabajo, encontramos que el 27,22% se sentían insatisfechas con su trabajo.

«El principal motivo de su insatisfacción es la falta de reconocimiento que experimentan».

Se sienten más insatisfechas con sus propios compañeros, que con sus jefes o jefas.

También sienten ese TECHO DE CRISTAL, que hace que, aunque su preparación profesional es tan buena o mejor que muchos de sus compañeros varones, la ocupación de cargos directivos sigue siendo menor. Es como si fueran excelentes segundas, pero no se las tuviera en cuenta para ser grandes primeras.

Con frecuencia sienten que se las exige más, se las cuestiona más y tienen que demostrar constantemente su valía; mucha valía y poco reconocimiento. Y es curioso, porque cuando son jefas, en general, las exigen menos sus colaboradores masculinos que las propias mujeres.

¿Es verdad que a las mujeres les cuesta más ser felices?

En muchos casos sí que les cuesta más y suele ser por su alto nivel de autoexigencia, incluso de inflexibilidad consigo mismas.

«La mujer se siente mucho más responsable de todo lo que pasa a su alrededor. Responsable de la educación de sus hijos, del bienestar de los padres, de la tranquilidad de toda la familia, de los problemas de los compañeros, de los amigos…».

Tenemos demasiada facilidad para responsabilizarnos ante cualquier tipo de dificultades y, en general, somos más generosas con los demás, que con nosotras mismas.

Esa maravillosa sensibilidad que tenemos puede hacer que seamos conscientes de las dificultades y los problemas, que nos demos cuenta antes, pero también conlleva que nos desgastemos al implicarnos a veces en solitario, en su solución; ese desgaste nos puede llevar a sentirnos incomprendidas o con una soledad muy dolorosa.

«Con frecuencia, tendemos a darle muchas vueltas a las cosas, a traer una y otra vez el pasado a nuestra mente, a reprocharnos por lo que salió mal».

Como tenemos cierta facilidad para ser empáticas, esperamos con frecuencia que las demás personas también lo sean con nosotras, y eso hace que dejemos gran parte de nuestro bienestar en manos de los demás.

En definitiva, nos exigimos mucho, nos perdonamos poco y anteponemos casi siempre la obligación a la posibilidad de disfrutar y pasarlo bien.

Finalmente, a muchas mujeres aún les cuesta decir NO a los demás, y con ello favorecen abusos, manipulaciones y sufrimientos evitables.

Reflexión final

Termino con una reflexión del libro Saca Partido a tu Vida:

«La sensibilidad nos ayuda a vivir y a sentir; pero no dejes que sea una puerta abierta al sufrimiento, sino una plataforma a la felicidad».

FUENTE: muysegura.com