Dependencia y síndrome de abstinencia emocional. Un caso de éxito

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Por Gemma del Val.

A continuación, adjuntaré el testimonio de una paciente que se ha encontrado al límite a nivel emocional y que ha sufrido las consecuencias de una experiencia traumática, que a priori iba a ser una experiencia reconfortante y gratificante.

Adicción emocional

Se trata de una persona, como muchas que hay en nuestra sociedad, que ha vivido y sufrido lo que podemos denominar “una adicción emocional hacia otro ser humano”, que se han aprovechado de su vulnerabilidad, su fragilidad y su desesperación en un momento determinado de su vida.

Cuando decidió practicar su gran afición, el yoga, y profundizar en ella, nunca se imaginó a lo que la conduciría… Su “maestro”, su guía espiritual y supuestamente psicólogo, se apoderaría de su voluntad y la sometería a sus propios intereses y objetivos.

Afortunadamente, hoy, esta persona está recuperada, ha retomado su vida y tiene el control sobre sí misma. Sus vivencias han quedado archivadas adecuadamente en su memoria, no le causan sufrimiento y puede hablar abiertamente sobre su experiencia, sin dolor.

Nos parece importante darle visibilidad porque merece ser escuchada y su testimonio puede ayudar a otras muchas personas que estén atravesado una situación parecida.

Ha vivido y sufrido en primera persona lo que podemos denominar “una adicción emocional hacia otro ser humano”. Esto la llevó a generar una dependencia absoluta respecto a este individuo, que traspasó líneas rojas con ella que la llevaron a anularla como persona y a hundirla psicológicamente.

Áreas Vitales

Se vieron afectadas y deterioradas todas sus áreas vitales, tanto a nivel personal como familiar, social y laboral, aspectos que fueron abordados desde un punto de vista terapéutico.

Con este artículo pretendemos poner en conocimiento que este tipo de personas y estas prácticas poco éticas existen, que es fundamental asegurarnos de que estamos en manos de personal cualificado y denunciar el intrusismo profesional.

Ha sido necesario un arduo trabajo y sesiones intensas. En un primer momento, primaban el sufrimiento, la tristeza, el llanto, la impotencia, la negación del problema, la dependencia e incluso “el síndrome de abstinencia emocional de esta persona”.

Como veremos, no se trataba de una adicción a una sustancia, pero su dependencia era similar.

El daño que le estaba provocando su adicción emocional y física le resultaba igual de intenso y adictivo. Ambas adicciones –a una sustancia o a una persona– nos conducen a creer que “sin ello” no podemos vivir, y si vivimos, no dispondremos de la suficiente calidad de vida o no podremos ser felices. En esta dinámica, nos vamos sintiendo cada vez más afectados psicológicamente y atrapados en una especie de laberinto que no tiene salida.

Nuestra autoestima se va deteriorando, y llega un momento en el que únicamente disfrutamos si estamos con él y su sabiduría. Él es como un dios, un ser superior al que admira y quien le facilita ser feliz. Sin que la persona dependiente se diese cuenta, y de una manera sutil, se ha encargado de transmitirle todo eso y más.

Enganchada

Es tal el límite, que llega a interiorizar que “por sí misma no puede alcanzarlo”, y, sin darse cuenta, cada vez va dependiendo más de él y se siente “más enganchada”. Esa palabra tan dura y fundamental caracteriza su vida: ENGANCHADA; la víctima admira a su opresor, y no sólo eso, cree que “me está haciendo un favor, y soy afortunada de que haga un hueco en su agenda y comparta su tiempo y su sabiduría conmigo…”.

Ella no era consciente inicialmente de su estado, pero llegó a desarrollar una sintomatología compatible con un Trastorno Depresivo. Sentía angustia, labilidad emocional y pensamientos obsesivos que de manera rumiativa invadían su mente, llegando a alterar su calidad de sueño, su apetito y, por supuesto, su calidad de vida.

Su día a día había dado un giro de ciento ochenta grados y ¡absolutamente todo giraba en torno a esta persona!

Gracias a la terapia, poco a poco fue interiorizando lo que le estaba sucediendo, empezó a percatarse del chantaje emocional al que había sido sometida para, posteriormente, comenzar a abordarlo desde un punto de vista realista, práctico y racional.

Si te aíslan de tus seres queridos conseguirán crear un vínculo de mayor dependencia

Como es habitual en este tipo de casos, las personas que se lucran del sufrimiento de los demás tratan también de alejar a sus “presas” de su entorno más cercano, de sus familiares y amigos, porque interfieren con sus planes. Aislándolas, las víctimas son más fácilmente manipulables y les reportan mayores beneficios económicos. Si te aíslan de tus seres queridos conseguirán crear un vínculo de mayor dependencia.

Ella ha conseguido salir de este pozo al que no veía fondo y por eso su testimonio es tan importante y necesario para que mujeres e incluso hombres en esta misma situación se vean identificados y, siempre en manos de profesionales, puedan ver la luz y recuperar sus vidas interrumpidas.

Con seguridad, muchos de vosotros podéis sentiros identificados con este testimonio.

De manera anónima, aportamos el siguiente testimonio y agradecemos su esfuerzo por permitirnos compartirlo con el objetivo de ayudar a quienes puedan encontrarse inmersos en alguna situación parecida:

“Todo el mundo que llega allí va buscando respuestas a algún tipo de insatisfacción, buscando las preguntas adecuadas para esa sensación de que te falta algo… Esa desconexión y falta de profundidad del mundo en el que nos movemos que nos hace deambular de un lado a otro sin a veces sentido y siempre con prisa. Yo llegué a este sitio buscando parar… El yoga ha sido siempre para mí un camino de exploración y conexión y cuando una amiga me dijo que iba a un ashram con un maestro maravilloso me pareció muy buena idea retomar una práctica que había abandonado durante unos cuantos años.

No era una escuela al uso. No era ni siquiera una escuela, sino un bajo comercial donde un maestro impartía clase de yoga al estilo de la india y en pequeños grupos en los que todos parecían conocerse y compartir algo más allá del yoga. Una comunidad que acoge al viajero espiritual donde una persona, supuestamente iluminada, te acompaña y guía hacia la luz, con promesas de que si sigues sus rituales serás un ser más evolucionado, más completo, más pleno… Un regalo más que tentador para alguien con problemas de autoestima y con inquietudes espirituales insatisfechas y saturadas de la actual forma de vida.

Calma e intimidad

Todo está orquestado para que sea un espacio de calma e intimidad. Un remanso de paz donde sentirse protegido. Todo, magistralmente urdido y acompasado por cantos, respiraciones, relajaciones. El maestro habla y los “buscadores” escuchan, adoptan y copian. Todo en nombre del amor y la energía. El ambiente hace que vayas bajando las defensas poco a poco. Es un lugar donde te sientes en paz y seguro y empiezas abrir tu corazón y tu alma. Siempre de la mano de un maestro y “guía” de luz. Lo que se vende debidamente empaquetado es un viaje a la LUZ, la esperanza empaquetada de un lugar mejor, donde algunos elegidos ya han estado y se ofrecen a acompañarte.

Todo empieza de una manera muy sutil en la que vas dejando caer barreras y lo dejas introducirse en tu vida, en tu cabeza, en tu subconsciente. Y vas cediendo en tus límites, que, según el maestro, es la manera de evolucionar espiritualmente. Así se va tejiendo un vínculo de confianza, y una vez que se ha creado este vínculo ya eres más influenciable. Todo comienza muy poco a poco, los abrazos después de la práctica, el mensaje para ver cómo estás tras la clase, un mensaje el fin de semana para ver cómo sigues… Ven a verme un día después de la sesión y nos tomamos un té en mi casa, quédate a cenar, eres muy especial, tenemos una conexión muy especial tú y yo, déjame que te abrace, hay un vínculo energético muy fuerte entre nosotros, déjame que te bese, somos almas gemelas, no paro de pensar en ti… Y se va creando una intimidad emocional y física con alguien a quien respetas y en quien confías.

Desaprender todo lo que conocemos

Alguien que te vende bienestar espiritual y que crea un personaje cuya misión es hacer el bien y que actúa en nombre del amor y se ofrece para ayudarte a descubrir tu camino cuando estás perdido. Se ofrece a ayudarte al principio, sin pedir nada a cambio, aunque luego eso también cambia… Y cuando se ha ganado toda tu confianza empieza la influencia. Y el maestro al que admiras y al que consideras tu guía se salta los límites y te hace su rehén emocional en pos de convertirte en un ser más evolucionado. Límites éticos, físicos, emocionales, y te anima a hacer lo mismo y saltarte tus límites bajo la premisa de que ahí es donde verdaderamente se evoluciona y se crece. Y que la verdadera vida no tiene límites, que tienes que cuestionar tus más profundas creencias… El mantra es que para aprender y crecer espiritualmente necesitamos desaprender todo lo que conocemos, olvidarnos de nuestras creencias y limitaciones y abrazarnos a la aventura.

En mi caso, la invasión fue tal que llegué a poner en peligro, incluso, ¡a mi familia! Ahora, con la debida distancia y casi un año de ayuda de este Centro, puedo hablar de ello con claridad y sin miedo.

¡Así que cuidado con los gurús en el mundo del yoga y con los sitios no acreditados!

Hay sitios y prácticas de yoga maravillosos, pero cuando decidáis acudir a uno, procurad que sea un sitio profesional y cualificado, donde la integridad física y emocional de los alumnos esté garantizada por un equipo profesional.

Gracias a Gemma y a muchas sesiones de acompañamiento y trabajo, he conseguido advertir la manipulación y comprender lo fácil que es abusar de alguien cuando no se encuentra en plenas condiciones”.

Agradecemos el esfuerzo realizado por esta paciente y le damos las gracias por compartirlo con todos nosotros.